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Un sacerdote ortodoxo rumano y su parroquia se hacen católicos.

La verdad, por donde se le mire, esta nota de la agencia Zenit me parece impresionante... Aquí se las dejo para que la disfruten!!!

Saludos,

Iván
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Un sacerdote ortodoxo rumano y
su parroquia se hacen católicos


  • Tras curarse su madre de un tumor inoperable por intercesión de san Pío de Pietrelcina


PESCEANA, martes, 27 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Mientras en Italia se enardecía el debate sobre los estigmas del padre Pío, en un pueblecito de Rumanía se ponía la primera piedra de la primera iglesia dedicada al santo de Pietrelcina, en uno de los países que hasta hace poco giraban en torno a la Unión Soviética.

El evento, según ha informado Renzo Allegri a Zenit, tuvo lugar en el pueblo de Pesceana, comarca de Valcea, en la Rumanía centro-meridional, gracias al padre Victor Tudor, sacerdote rumano que, hasta hace algunos años, era ortodoxo, pero que, tras conocer la existencia del padre Pío y ser testigo de un gran milagro, realizado por Dios por intercesión del santo capuchino, quiso entrar en la Iglesia católica y con él todos sus parroquianos.

Todo empezó en 2002. Lucrecia Tudor, madre del padre Victor, que tenía entonces 71 años, tenía un tumor en el pulmón izquierdo. Los médicos rumanos, tras someterla exámenes clínicos dijeron que le quedaban pocos meses de vida.

No se podía ni siquiera intentar una intervención quirúrgica porque el tumor produjo metástasis. El padre Victor pidió ayuda a su hermano, Mariano Tudor, un joven y reconocido pintor rumano, especialista en iconografía, que vive y trabaja en Roma, esperando que conociera a algún importante médico italiano, capaz de realizar lo imposible.

Mariano contactó con uno de los cirujanos más célebres del mundo, que había operado incluso a Bill Gates. «Haga llegar a su madre a Roma e intentaré salvarla», dijo el profesor.

Mariano llevó a su madre a Roma y el profesor examinó el expediente clínico de los colegas rumanos y realizó a la paciente más detallados exámenes.

Pero también él, ante el cuadro clínico, dijo que una operación era ya inútil. Se podía intervenir sólo con fármacos para sedar los dolores que serían lancinantes, sobre todo en fase terminal.

Mariano retuvo consigo a la madre en Roma y la llevaba al hospital para realizar controles. Estaba trabajando en un mosaico en una iglesia y, como su madre no conocía el italiano, la llevaba consigo. Mientras él trabajaba, su madre recorría la iglesia, contemplando los cuadros y las estatuas.

En un rincón, había una gran estatua del padre Pío. Lucrecia se quedó impresionada y preguntó a su hijo quién era. Mariano le relató brevemente la historia. Los días siguientes, se dio cuenta de que su madre pasaba todo el tiempo sentada delante de la imagen, con la que charlaba como si fuera una persona viva.
Pasados unos quince días, Mariano llevó a la madre al hospital para el control y los médicos constataron con estupor, que el tumor había desaparecido. La mujer, ortodoxa, pidió al padre Pío ayuda y éste la había escuchado.

«La curación prodigiosa de mi madre, realizada por el padre Pío a favor de una mujer ortodoxa, me impresionó mucho --relata el padre Victor--. Empecé a leer la vida del santo italiano. Conté a mis parroquianos lo que había sucedido. Todos conocían a mi madre y todos sabían que había ido a Italia para intentar una intervención quirúrgica, y que luego había vuelto a casa curada sin que ningún médico la hubiera operado. En mi parroquia, se empezó a conocer y a amar al padre Pío. Leíamos todo lo que encontrábamos sobre él. Su santidad nos conquistaba. Mientras tanto, también otros enfermos de mi parroquia recibieron gracias extraordinarias del padre Pío. Entre mi gente se difundió un gran entusiasmo y, poco a poco, decidimos hacernos católicos, para estar más cercanos al Padre».

El paso de la Iglesia ortodoxa a la católica requirió un largo procedimiento jurídico. Y dificultades de todo tipo, explica en su artículo Renzo Allegri. Pero el padre Victor y sus parroquianos no se detuvieron ante las dificultades.

«Con la ayuda del padre Pío --dice Allegri- han hecho realidad sus proyectos. Y enseguida empezaron a recoger los fondos necesarios para la construcción de una iglesia para dedicarla al padre Pío».

«Los fondos son el resultado de los ahorros de esta pobre gente, y de la ayuda de algunos católicos alemanes que supieron nuestra historia», dice el padre Victor.

«Y son mis parroquianos los que están llevando adelante las obras, trabajando naturalmente gratis. En mayo, iniciamos las obras de cimentación. Hace unos días, celebramos solemnemente la colocación de la primera piedra. Y fue una gran fiesta, porque vino a celebrar la ceremonia su beatitud Lucian Muresan, arzobispo metropolita de Fagaras y Alba Julia de los Rumanos, es decir, la máxima autoridad de la Iglesia grecocatólica en Rumanía. Al acabar la ceremonia, el metropolita quiso conocer a mi madre, curada por un milagro del padre Pío y posó con ella para una foto».
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Rerum Novarum

Pocos documentos han tenido una influencia tan fuerte en la doctrina social  de Occidente como la encíclica Rerum Novarum de Su Santidad, el papa León XIII.

Publicado el 15 de mayo de 1891, este documento pastoral versa sobre las condiciones de la clase obrera y constituye un llamado a los empresarios de todos los tiempos a propiciar mejores condiciones a sus trabajadores.

Les dejo, pues, esta encíclica, cuya vigencia se ha mantenido intacta, aún 116 años después de su publicación original.

Saludos,

Iván 
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Comentarios bíblicos...

Sí, mea culpa! Tengo días de no actualizar, pero la enfermedad y la necesidad de un poco de descanso recuperador me han tenido fuera de circulación. Pero bueno, heme aquí para hacer la voluntad del Señor (cfr. Is 6, 8).

Aquí les dejo, como es costumbre de inicio de semana, los comentarios semanales de las lecturas bíblicas elaborados por el Servicio Bíblico Latinoamericano, correspondientes a la semana del 26 al 30 de noviembre de 2007.

Recuerden que en el sitio web de esta organización (www.servicioskoinonia.org) pueden suscribirse para recibirlos vía correo electrónico.

Espero que los disfruten...

Un abrazo,

IvAn Montero
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Comentarios bíblicos para esta semana

Hola a todos y todas!!!!

Que dios les esté colmendo, a ustedes y los suyos, de sus bendiciones...

Luego de una semana que, prácticamente, no logré colocar nada nuevo debido, en parte, a las obligaciones laborales y a que me encontraba fuera de la ciudad capital, inicio esta semana con la entrega de los comentarios semanales de las lecturas bíblicas elaborados por el Servicio Bíblico Latinoamericano, correspondientes a la semana del 11 al 17 de noviembre de 2007 (semana XXXII del tiempo ordinario, ciclo C).

Recuerden que en el sitio web de esta organización (www.servicioskoinonia.org) pueden suscribirse para recibirlos vía correo electrónico.

Espero que los disfruten...

Un abrazo,

IvAn
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Comentarios bíblicos para esta semana...

Hola a todos y todas!!!!

Aquí les entrego los comentarios semanales de las lecturas bíblicas elaborados por el Servicio Bíblico Latinoamericano, correspondientes a la semana del 04 al 10 de noviembre de 2007 (semana XXXI del tiempo ordinario, ciclo C).

Recuerden que en el sitio web de esta organización (www.servicioskoinonia.org) pueden suscribirse para recibirlos vía correo electrónico.

Espero les sean de utilidad.

Un gran abrazo en nuestro Señor.

IvAn
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Resurrección, no reencarnación...

Comentario del padre Raniero Cantalamessa --predicador de la Casa Pontificia-- a la liturgia de la conmemoración de todos los fieles difuntos, 2 de noviembre.

* * *
Conmemoración de todos los fieles difuntos
Sabiduría 3, 1-9; Apocalipsis 21, 1-5.6-7; Mateo 5, 1-12



Enséñanos a contar nuestros días


La conmemoración de los fieles difuntos es la ocasión para una reflexión existencial sobre la muerte. En la Escritura leemos esta solemne declaración: «No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción de los vivientes... Dios creó al hombre para la inmortalidad; le hizo imagen de su misma naturaleza; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo» (Sb 1, 13-15. 2, 23-24). Comprendemos de ahí por qué la muerte suscita en nosotros tanta repulsión. El motivo es que ésta no nos es «natural»; así como la experimentamos en el presente orden de las cosas, hay algo ajeno a nuestra naturaleza, fruto de la «envidia del diablo». Por eso luchamos contra ella con todas nuestras fuerzas. Este insuprimible rechazo nuestro hacia la muerte es la mejor prueba de que no hemos sido hechos para ella y de que no puede tener la última palabra. Precisamente sobre esto nos aseguran las palabras de la primera lectura de la Misa: «Las almas de los justos están en las manos de Dios y no les alcanzará tormento alguno».

El temor a la muerte es conflicto en lo más profundo de todo ser humano. Hay quien ha querido reconducir toda actividad humana al instinto sexual y explicar todo con él, también el arte y la religión. Pero más poderoso que el instinto sexual es el del rechazo a la muerte, del que la propia sexualidad no es sino una manifestación. Si se pudiera oír el grito silencioso que brota de la humanidad entera, se oiría un bramido tremendo: «¡No quiero morir!».

¿Por qué, entonces, invitar a los hombres a pensar en la muerte, si ya está tan presente? Es sencillo. Porque nosotros, los hombres, hemos elegido suprimir el pensamiento de la muerte. Fingir que no existe, o que existe sólo para los demás, no para nosotros. Hacemos proyectos, corremos, nos exasperamos por nada, como si en cierto momento no tuviéramos que dejar todo y partir.

Pero el pensamiento de la muerte no se deja arrinconar o suprimir con estas pequeñas tretas. Así que no queda más que reprimirlo o huir de su gravedad con paliativos. Los hombres nunca han dejado de buscar remedios a la muerte. Uno de estos se llama la prole: sobrevivir en los hijos. Otro es la fama. En nuestros días se va difundiendo un pseudo-remedio: la doctrina de la reencarnación. La doctrina de la reencarnación es incompatible con la fe cristiana, que en su lugar profesa la resurrección de la muerte. «Está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio» (Hb 9,27). La forma en que se propone entre nosotros, en Occidente, la reencarnación es fruto, entre otras cosas, de un gigantesco equívoco. En su origen la reencarnación no significa un suplemento de vida, sino de sufrimiento; no es motivo de consuelo, sino de terror. Con ella se viene a decir al hombre: «¡Ten cuidado, que si haces el mal, tendrás que renacer para expiarlo!». Es como decir a un encarcelado, al final de su detención, que su pena se ha prolongado y todo debe empezar de nuevo.

El cristianismo tiene algo bien distinto que ofrecer sobre el problema de la muerte. Anuncia que «uno ha muerto por todos», que la muerte ha sido vencida; ya no es un abismo que engulle todo, sino un puente que lleva a la otra vida, la de la eternidad. Y, con todo, reflexionar sobre la muerte hace bien también a los creyentes. Ayuda sobre todo a vivir mejor. ¿Estás angustiado por problemas, dificultades, conflictos? Ve hacia delante, contempla estas cosas como te parecerán en el momento de la muerte y verás cómo se redimensionan. No se cae en la resignación ni en la inactividad; al contrario, se hacen más cosas y se hacen mejor, porque se está más sereno y más desprendido. Contando nuestros días, dice un salmo, se llega «a la sabiduría del corazón» (Sal 89, 12).

[Traducción del original italiano realizada y publicada por Zenit]
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Deus Caritas Est

¿Qué es Dios? San Juan lo respondió hace casi 2.000 años: "Dios es Amor" (cfr, 1Jn 4, 8). ¿Y quién podría negarlo?

En 2005, veinte siglos después, Su Santidad Benedicto XVI retomó el tema en la que constituyó su primera encíclica: Deus Caritas Est (Dios es amor).

Espero que les sea de gran utilidad y crecimiento espiritual.

¡Bendiciones a todos y todas!

IvAn

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